Galaxy S25 Edge: Elegancia, potencia y tecnología de vanguardia en un cuerpo ultradelgado

El Galaxy S25 Edge, recientemente anunciado y con lanzamiento previsto para el 29 de mayo de 2025, representa un refinamiento técnico de alto nivel dentro de la gama alta de Samsung (o premium si se mira el precio de venta). Su propuesta se centra en ofrecer una experiencia premium en diseño, rendimiento, pantalla y capacidades fotográficas, apuntando a usuarios exigentes y entusiastas de la tecnología.
El diseño del S25 Edge destaca por su delgadez extrema: tan solo 5.8 mm de grosor, un logro notable teniendo en cuenta el hardware que incorpora. Este cuerpo ultrafino no compromete la resistencia, gracias a su estructura compuesta por un marco de titanio y superficies de cristal reforzado Gorilla Glass Ceramic 2 al frente y Victus 2 en la parte trasera, junto con la certificación IP68 que asegura resistencia al agua y al polvo. Pese a su perfil delgado, mantiene un peso contenido de 163 gramos, lo que sugiere una experiencia en mano equilibrada y cómoda.
Un super panel LTPO junto con Snapdragon Elite

El panel es uno de los mayores atractivos: un LTPO AMOLED 2X de 6.7 pulgadas con tasa de refresco adaptativa de 120 Hz, resolución QHD+ (1440 x 3120) y soporte HDR10+. La densidad de píxeles superior a los 500 ppi y los marcos casi invisibles (92.1% de aprovechamiento frontal) garantizan una visualización inmersiva y fluida, ideal tanto para multimedia como para juegos o lectura prolongada. La protección de Corning Gorilla Glass Ceramic 2 le añade durabilidad sin sacrificar transparencia ni respuesta táctil.
En términos de rendimiento, el S25 Edge incorpora el nuevo Snapdragon 8 Elite, fabricado en proceso de 3 nm. Este chip integra una CPU de 7 núcleos (con dos núcleos de alto rendimiento a 4.47 GHz) y una GPU Adreno 830, lo que promete una potencia sobresaliente incluso en escenarios exigentes como juegos AAA, edición de video o multitarea pesada. Todo ello está acompañado de 12 GB de RAM y opciones de almacenamiento interno de 256 o 512 GB, sin ranura para microSD, lo que refleja la tendencia premium de prescindir del almacenamiento expandible en favor de mayor velocidad y eficiencia térmica.
Una configuración de cámara un tanto descompensada

En el apartado fotográfico, Samsung mantiene su apuesta por sensores de alta resolución. La cámara principal cuenta con un sensor de 200 MP con apertura f/1.7, estabilización óptica y enfoque automático por detección de fase, capaz de capturar imágenes con un nivel de detalle impresionante si tomamos en cuenta sensores con aperturas similares. Le acompaña una cámara ultra gran angular de 12 MP, útil para paisajes y tomas grupales.
La grabación de video admite resoluciones de hasta 8K a 30 fps y 4K a velocidades variables que llegan hasta los 120 fps, lo que lo posiciona como una herramienta muy competente para creadores de contenido. La cámara frontal, aunque más modesta con 12 MP, mantiene características adecuadas para selfies y videollamadas con buena calidad.
En conectividad, el S25 Edge no deja cabos sueltos. Es compatible con redes 5G, incluye Wi-Fi 7 tri-banda, Bluetooth 5.4 y soporte para Ultra Wideband (UWB), además de NFC y posicionamiento global múltiple (GPS, GLONASS, GALILEO y BDS). El apartado de audio también es sólido, con altavoces estéreo, aunque sin jack de 3.5 mm. La inclusión de Samsung DeX y un puerto USB-C 3.2 lo convierte en una herramienta productiva también en entornos de escritorio.
Batería justa… ¿equilibrio o sacrificio?

La batería es probablemente el punto más debatible del dispositivo: 3900 mAh puede parecer escasa frente a rivales que superan los 5000 mAh. No obstante, el uso de un chip de 3 nm y un panel LTPO eficiente podría compensar ese déficit en la práctica. El dispositivo admite carga rápida de 25W, alcanzando el 55% en 30 minutos, aunque esta velocidad puede quedarse algo corta frente a competidores que superan los 60 o incluso 100W.
Finalmente, el S25 Edge estará disponible en tres elegantes variantes de color con acabado en titanio: Icyblue, Silver y Jetblack. Con un precio de salida de 1249 €, se sitúa claramente en la gama premium, y compite directamente con otros buques insignia como el iPhone 16 Pro y el Pixel 9 Pro (a la espera del iPhone 17 Air) aunque con más carencias que ellos.
En conjunto, el Galaxy S25 Edge se presenta como una síntesis de diseño elegante, potencia y capacidades multimedia avanzadas. Aunque su batería y la falta de expansión de almacenamiento podrían no convencer a todos, su diseño delgado, su potencia bruta y su pantalla excepcional lo convierten en una de las propuestas más atractivas del mercado de smartphones de alta gama para 2025.